*(suspiro)* el dichoso estrés…
¿Qué no se habrá dicho del estrés ya?
La palabra empieza a dar hasta pereza pronunciarla. Todo el mundo habla de estrés hoy en día.
“Uf, yo es que tengo mucho estrés, sí”
“Mi vida es tan estresante…”
“No me digas más que estoy súper estresada”
Etc. Etc.
Te sonará, supongo.
Pues sí, estamos rodeados de estrés por todos lados. Mires donde mires hay una “potencial” fuente de estrés.
Y digo “potencial” porque no significa que, de hecho, sea una fuente de estrés, sino más bien que podemos tomárnoslo como estrés o no.
Al final la única salida realmente útil que existe para este tema es la reinterpretación de los sucesos.
Se trata, en resumen, de desaprender y reaprender
Me explico:
Estrés vamos a experimentar sí o sí siempre. Estamos diseñados para ello.
Es una de nuestras principales bazas para la supervivencia. O, mejor dicho, lo fue en su día.
Hace ya mucho mucho tiempo, cuando andábamos por ahí desnudos o poco tapados en general, el estrés (agudo, es decir, el que es puntual) era el que nos metía el chute de energía, perspicacia y valentía para evitar o enfrentar peligros (un león, un ataque de otra tribu, una catástrofe natural…).
Pero aquellos “estreses” eran temporales. Luego volvíamos a la calma hasta la próxima ocasión en la que necesitásemos de ese subidón, cual Popeye con las espinacas.
¿Qué pasa en la actualidad?
Pues que se nos ha quedado el software de estrés un pelín desactualizado.
Y ahora tenemos ese subidón (aunque no esté en su punto máximo todo el rato) en modo “non-stop”.
Eso de estar a tope todo el día no es que le haga mucha gracia a nuestro cuerpo, así que a la larga (o no tan larga) acabamos notando los daños colaterales.
El estrés puede hacer destrozos de todo tipo.
A nivel de estado de ánimo, en los procesos fisiológicos (¿malas digestiones? ¿sobrepeso?), en el ámbito del sueño (¿insomnio?), en la reactividad emocional…
Pero no quiero aburrirte con todos esos problemas ya que estoy segura de que tendrás bastante idea de lo diversos que pueden ser.
¿Cuál es la solución?
Como he comentado cerca del principio, el concepto clave es la reinterpretación y el reaprendizaje.
Nosotros creamos lo que sentimos con la información que tenemos, según el contexto, según nuestro estado…etc.
No es lo mismo que te pellizque cariñosamente un amigo que un desconocido, ¿verdad?
Seguramente en el segundo caso nos moleste más, notemos más dolor y le demos bastante más importancia.
Pues en esta línea va lo que digo.
Si tú le prestas atención a un dolor de rodilla que tienes o la angustia que sientes en el pecho, vas a incrementar la sensación.
Si aprendes a reaccionar con nerviosismo o ataques de ansiedad ante determinados eventos, y no intentas pararte en esos momentos y tomarte el suceso de otra forma, cada vez que se produzca un acontecimiento del estilo sentirás estrés más fácilmente (porque lo estás fomentando de algún modo)
No digo que sea fácil. Habrá momentos donde se haga muy duro el calmarse en lugar de salir corriendo o ponerse a chillar o dar golpes. Pero merece la pena.
Lo bueno es que cuanto más lo intentes, más fácil te será (esto funciona tanto en el sentido malo, como comentaba antes, como en el bueno).
Reevaluando las sensaciones
Nervios, angustia, agobio, ansiedad…
Todas esas sensaciones y emociones pueden ser reevaluadas.
Puedes reaprender que controlas (ten en cuenta que si crees que hay un peligro y sales corriendo, estás confirmando a tu cerebro que hay un peligro), que tienes poder sobre esas sensaciones
Puedes cambiar tu forma de verlo y sentirlo para estar más relajado al respecto.
Pero a efectos prácticos, ¿cómo se hace?
Esencialmente parándote a respirar y analizar la situación con perspectiva.
Entendiendo que puede verse diferente a como lo has hecho, y así sentirte mejor al ver que recuperas poder sobre ti.
Hay muchos caminos posibles para lidiar con el estrés: respiración consciente, meditación, mindfulness, deporte, baile, cocina, masajes…
Todos son medios para hacerte sentir mejor, para contrarrestar ese metabolismo loco que tienes.
Pero, como decía, al final
Es el reaprendizaje de tus reacciones y sensaciones lo que te da resultados duraderos
Por mucho que quemes adrenalina corriendo o bailando, o te relajes meditando, si no actúas sobre el problema raíz, lo único que estarás haciendo es paliar los síntomas
De modo que si quieres aprender a controlar el estrés de verdad (de la buena) necesitas cambiar tus respuestas a los detonantes de dicho estrés.
Evidentemente, si puedes modificar tu entorno de algún modo (mudarte, cambiar de amigos, de trabajo…), puedes atacar el problema desde otros frentes muy útiles.
Aun así, el reaprendizaje es el recurso que podrás aplicar para múltiples detonantes equivalentes.
Una vez que lo aprendas para “X”, podrás usarlo con “X+1” o “2X” por ejemplo 🙂
Así que, por supuesto,
Búscate actividades que te ayuden a relajarte y hacerte sentir mejor, pero no olvides trabajar poco a poco la raíz del asunto y convertirte en un ninja del manejo del estrés ^^
No olvides que el estrés seguirá estando ahí, forma parte de nosotros.
La diferencia es que habrás aprendido a mejorar ese software algo desactualizado y tomarte las espinacas de Popeye cuando realmente las necesites 😉
Hola Lau:
Todo resumido en: “estrés puntual=bueno” “estrés crónico= malo malísimo”.
Pero ahora tener estrés es síntoma de persona ocupada, de negocios, de importancia, de impacto…..
Le dices a alguien que padeces estrés por culpa de tu trabajo y te ve como un gran trabajador.
Le dices a alguien que vives super relajado, tranquilo y sin nada que te estrese y te ve como un flojo que no hace nada en la vida.
Pero bueno…un gran artículo como siempre.
Un saludo.
¡Gracias Antonio! 🙂
Sí, ese “estrés positivo cultural” se ve mucho, por lo menos en España, pero no es tan así en otros países (menos mal) por lo que voy conociendo por experiencias propias y de otras personas. Así que no todo está perdido 😉
Un saludo!