Descúbrete a cada momento

Una mirada, un ligero roce, un susurro, un pequeño escalofrío que te eriza el vello de la nuca…

Un acercamiento no esperado, un aroma, un suspiro, una vibración…

Una caricia, una sonrisa, un beso…

¿Te gustan las sensaciones que recreas cuando lees esto?

¿Sueles experimentar estos pequeños placeres en tu día a día?

Estamos rodeados de ellos

Te lo aseguro. Lo único que puede ocurrir para que no los percibamos es que no estemos atentos, o sencillamente no estemos dispuestos a disfrutar con ellos, por vergüenza, miedo al rechazo o por meras convenciones sociales integradas en nuestra cabeza.

Abrirse a estas sensaciones es una fantástica forma de conocerse a uno mismo, de descubrirse, aprender y avanzar por el camino de la vida creando momentos con significado

¿No es, al fin y al cabo, de lo que se trata? 🙂 ¿De sentir, disfrutar, aprender y enseñar?

De encontrar significado en lo que experimentas, o crearlo tú.

¿Sabías que la sexualidad es una de las facetas de la identidad, e implica la descripción que hace la persona de sí misma en función de su sexo, género y orientación sexual?

Has leído bien, hablamos de identidad. Hablamos de formas de relacionarse con el mundo.

Y de esta interacción con el entorno puedes aprender mucho.

De igual forma a como aprendes cuando realizas una inmersión en otra cultura diferente a la tuya.

O implementas un modo de vida distinto al que conoces.

O haces cosas que nunca habías hecho (¿recuerdas lo que te conté de salir fuera de tu zona cómoda…?).

Cualquier visión distinta a la tuya es susceptible de resultar un aprendizaje para ti

En este caso me estoy centrando en la parte emocional y corporal, pero la idea global es aplicable a cualquier área de interés.

El mensaje que quiero lanzar es que intentes poner el foco en estos detalles de vez en cuando.

Que les prestes atención a esas sensaciones, tanto externas como internas. Y las sientas.

Las emociones crean respuestas en tu cuerpo. Y al revés: lo que sientes en tu cuerpo te genera emociones

Lo interesante y divertido de esto es que no tienes que ser un mero receptor pasivo, que simplemente está atento, abierto y sensitivo.

Puedes ser tú el generador, a la vez que buscador y explorador.

Puedes regalar sensaciones a otras personas.

Puedes despertar sonrisas, quitar el frío, ceder seguridad, compartir belleza… Lo que quieras

¿No te parece algo mágico? 🙂

No solo disfrutas tú sino que haces disfrutar a los demás.

No solo aprendes; también enseñas.

Llámalo sexualidad, sensualidad, erotismo, sentir, fluir… lo que quieras. Porque se trata de todo eso y más.

Hablo de acción-reacción, de integración e inmersión de uno mismo en el entorno, de moverse por estímulos, de elegir cuáles transmitir y cuáles aceptar, y lo que hacer con ellos.

Y no hablo solo de interacciones entre personas. Puedes ser tú y una escena cualquiera, sin gente.

Animales, naturaleza, música, maquinarias… Todo. Absolutamente todo 🙂

¡Disfruta descubriéndote a cada momento! 😀

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