Seguro que alguna vez has oído hablar del minimalismo. Al menos en cuestión de decoración y arte suele ser bastante común utilizar este término.
¿Y del minimalismo como modo de vida has escuchado algo?
No es que haya surgido ayer, pero se trata de una corriente que ha empezado a entrar en auge desde hace relativamente poco.
Personas minimalistas en muchas áreas deben de haber existido desde siempre, pero parece que en el contexto actual se está extendiendo cada vez más como filosofía de vida.
Yo creo que esto está ocurriendo en un intento de la gente por eliminar un poco de toda esa vorágine de “información-objetos-opciones-alternativas” que tenemos.
Un intento por quedarnos con lo verdaderamente importante y decir adiós a todo lo demás que nos quita tiempo y energía a cambio de confundirnos y complicarnos demasiado.
Cada quien sigue su propio sistema, pero en esencia se basa en reducir y simplificar, en quedarte con lo imprescindible, no solo en cuanto a objetos y cuestiones materiales, sino también tareas, obligaciones y quehaceres en general.
Lo habitual es empezar a aplicar el minimalismo a los objetos que poseemos
… y tenemos por casa, muchas veces almacenados en el fondo de armarios, trasteros, sótanos…
Objetos que olvidamos que tenemos, que no necesitamos en la inmensa mayoría de los casos, y que seguimos teniendo por el “por si acaso”, por el apego emocional, porque es un regalo de alguien querido (o no tanto), etc.
Sin embargo, tras (quizá) el primer sentimiento de “uf, qué pena deshacerme de esto” suele venir un alivio, una sensación de mayor ligereza, como si te hubieras quitado un peso o presión de encima.
Y en cierta forma así es. Porque cada objeto que poseemos ocupa un lugar en nuestra mente, en nuestro armario o estantería, requiere una preocupación, aunque sea mínima, acerca de su mantenimiento, de su localización, de lo que hacer con él.
Cuando decimos adiós a un objeto, de un plomazo eliminamos todo eso.
Y encima podemos ayudar a alguien donándolo, o ganar algún dinero vendiéndolo. Todo ventajas 🙂
La realidad es que la inmensa mayoría de lo que guardamos no lo necesitamos para nada y no vamos a usarlo ni recuperarlo del baúl de los recuerdos nunca, más allá de echarle un vistazo fugaz cuando te topes con ello mientras buscas algo.
Acumular posesiones tiene un coste, no solo de espacio, sino también de nuestra energía
(traducida en procesos mentales, emocionales, etc.) e incluso económico si se requiere un mantenimiento considerable.
Así que introducir este sistema de vida poco a poco puede facilitarnos las cosas y darnos mayor paz mental.
Pero como decía al principio,
No solo se trata de cambiar nuestra relación con los objetos, sino también con los quehaceres y obligaciones que tenemos
Es decir, estamos hablando de simplificar y reducir actividades, tareas y compromisos, de igual forma a cómo hacemos con las cosas materiales.
Sean objetos o actividades, una buena aproximación al asunto sería hacer una lista con todos los elementos que queramos incluir (insisto, sean objetos o quehaceres) e ir uno a uno eligiendo si se queda o se va.
Esta elección va a depender de nuestras prioridades en ese momento, y de si ese objeto o tarea nos ayuda o nos frena en relación con los objetivos que queremos conseguir.
Si decidimos que algo se queda, no nos paramos ahí, sino que a continuación hemos de ver si se queda como hasta ahora o si algo cambia.
Por ejemplo su ubicación o tipo de uso si se trata de un objeto.
O su frecuencia y manera de ejecutarla si es una actividad (con menos agobio, disfrutándola más, relajándote con el resultado…).
La meta, como yo la veo, es lograr una vida más fácil y serena. A mí me suena muy bien 🙂
Menos infoxicación, menos preocupación, menos quebraderos de cabeza.
Menos es más, dicen.
Menos es mejor; me gusta más ^^
Yo poco a poco voy intentando introducir el minimalismo en mi vida. Ya sabes, comprar con cabeza y cuando realmente tenga una necesidad, deshacerme de cosas que solo cogen polvo… Y ahí voy 🙂
¿Tú te has planteado alguna vez este tema? ¿Crees que menos es mejor?
Cualquier cosa que ronde tu cabeza, estoy encantada de oírla 😉
Hola!!
Desde luego que menos es mejor. Ni más de acuerdo.
En mi opinión, el camino hacia el minimalismo puede tener un buen comienzo en lo material: objetos, ropa, libros (los que no sirven), aparatos electrónicos,… Luego podemos seguir limpiando los “objetos” digitales (apps del móvil, archivos, accesos directos escritorio del PC), actividades prescindibles y… personas prescindibles, jeje.
Y qué descanso le entra a uno cuando sus sentidos se topan con menos ladrones de atención.
Me ha gustado mucho este post, lo comparto al 100%.
Un saludo!! 🙂
Hola Jesús 😀
Exacto, yo también pienso que lo más fácil es empezar por hacer limpieza de objetos en casa. Luego ya vamos viendo otros temas.
Lo de los “objetos digitales” es muy buen punto también; no caí en ello cuando escribía esto pero totalmente cierto 🙂 Y más en la época que vivimos, donde cada vez tenemos más posesiones digitales.
Y lo de las personas, ídem 😉
Cuantos amigos/compañeros/[inserte-categoría-social]… hemos tenido (o tenemos) por ahí que nos quitan energía y nos dan más dolores de cabeza que otra cosa. Así que definitivamente en este caso menos puede ser mucho mejor ^^
A veces la gente se queda en los objetos y ya, pero aplicar el minimalismo a cualquier área de nuestra vida puede hacernos mucho bien 🙂
Me alegro mucho de que te haya gustado el post, Jesús ^^
Un abrazo!
Hola Lau,
Yo lo aplico desde hace bastante, y es genial. realmente hace feliz hace menos con mas ganas y usar menos con mas gusto. si te fijas, el caso de la ropa por ejemplo, en realidad hay cosas que te gustan mas y te las pones recurrentemente. Y ahí esta el armario lleno de cosas que no usas.
Una tecnica buena es meter lo que no quieras pero te de pena en una caja con la fecha del dia en que lo guardas. Si a las 6 meses o al año no hasta tenido que abrirla, entonces puedes desahcerte de ella, no era tan importante. Para la ropa, puedes poner las perchas de lo que uses en una dirección y las que no en otra, y al tiempo liquidar. Y en cocinas. baños, etc…hacer lo mismo.
Tambien soy partidario de minimizar redes sociales, apps y notificaciones en general de los moviles. Por supuesto quitar sonidos de aviso de mails y tener el movil siempre en silencio. Así mandas tu.
Un beso 🙂
Hola Laure, ¿qué tal? ^^
Sí, el tema de la ropa es brutal. Hay demasiada gente obsesionada con no repetir ropa, con tener mil opciones de cada cosa, con renovar vestuario cuando apenas ha usado la última tanda de ropa que compró… En fin, una de tantas formas de calmar y llenar ese vacío que deberíamos llenar con otras cosas a mi parecer.
Muy interesante esa técnica de la caja, Laure 😀 Eso, sí, te deshaces de la caja SIN abrirla jaja. Porque si lo haces corres el riesgo de arrepentirte y empezar a quitar cosas de la caja para no tirarlas 🙂
Eso que dices del armario empecé a hacerlo yo hace tiempo casi sin ser consciente de que estaba separando lo que me ponía de lo que no, hasta que un día me dí cuenta jaja. Qué cosas!
Y el minimizar todo el tema de redes sociales y aplicaciones también. Yo he acabado super irritable de tanta notificación y tanto mensaje. Al final quieres tirar el móvil por la ventana. Menos mal que una respira y piensa más en frío, que si no ya estaba el móvil volando desde hace siglos xD
Muchas gracias por comentar tus ideas, Laure. Me ha gustado mucho eso de “Así mandas tú” 🙂
Un abrazo!
Acabo de descubrir tu blog hace unas horas y tengo que decírtelo: me encanta. Alimentación sana y real, movimiento, bienestar mental y personal y también minimalismo… siento que estoy en el lugar inidicado 🙂 Me he sentido super identificada con muchísiiimas cosas, me ha puesto de buen humor leerte!
Yo también comencé leyendo a Marcos en Fitness Revolucionario, suelo visitar los blogs que recomiendas y llevo meses introduciendo cambios beneficiosos en mi vida (bueno, realmente empecé hace años interesándome por la cosmética natural y la sostenibilidad y de algún modo eso comenzó a llevarme a buscar cómo vivir una vida más plena, simple y sana en todos los aspectos). Es cierto que no siempre es fácil pero creo que merece la pena.
Respecto a este árticulo… totalmente de acuerdo. Yo he donado / vendido / tirado muchas cosas y sinceramente… si intento recordarlas ya no me acuerdo del 95% jaja así que seguro que no eran tan importantes 🙂
Lo dicho, ya tienes una seguidora más!!
Un abrazo!
Hola, Eva!
Qué ilusión leerte; encantada de tenerte por aquí 😀
Me alegro mucho de que te hayas sentido identificada con tantas cositas, ¡qué bien! Y encima con buen humor incluido ^^
Por lo que me cuentas, tenemos unos cuantos referentes en común (a cuántas personas habrá conectado ya Marcos a estas alturas jaja). Pues fíjate que yo también tuve mi época con la cosmética natural; empecé buscando los productos más naturales y artesanos posibles y luego me fui pasando al DIY para fabricarme yo algunas cositas, para finalmente reducir al máximo los productos que uso e intentando que sean lo más simples y naturales posibles 🙂
Y sí, yo también creo que merece la pena todo esto, pero tiene su proceso (largo jaja), aunque cada pequeño pasito te puede dar muchas satisfacciones y eso me encanta. Aparte de lo que aprendes por el camino, la gente con la que te encuentras, lo que descubres de tí misma… Es bonito 🙂
¿A que sí, Eva? Es que hay tantas y tantas cosas que solo nos acordamos de que las tenemos cuando nos topamos con ellas de chiripa… Y claro, igual ahí se te reactivan emociones y tal, pero si no, es que consciencia cero de que eso estaba ahí jaja.
Cuánto me alegro de que nos hayamos encontrado en el camino ^_^
Yo encantada de conversar más contigo!
Un abrazote de vuelta 😉