Quizá el título te resulte un tanto agresivo o exagerado, pero como te comentaba en otra ocasión, estamos diseñados para movernos.
El funcionamiento de nuestro cuerpo ocurre gracias al movimiento. Cada elemento que nos forma existe porque se mueve de algún modo: se desplaza, soporta tensiones, enfrenta impactos, vibra…
Hasta la partícula más insignificante que nos integra está involucrada en procesos de movimiento.
El movimiento es vida. Aquello que no se mueve, muere
No, no te vas a morir mañana porque te quedes todo el día tumbado en la cama, o incluso si te tumbas una semana o un mes. Pero si lo haces vas a notar ciertos cambios, no muy agradables.
En relación a esto hay un ejemplo con el que mucha gente se identifica:
Típico día de arrastrado total en el que casi no despegas el culo del sofá, te ves no sé cuántos capítulos de no sé qué serie, o varias pelis (o igual estás trabajando con el ordenador). Apenas te mueves para ir al baño y coger algo de la cocina para picar.
Cuanto más tiempo pasa, más pereza te da levantarte y más te cuesta. Notas como si el cuerpo te molestase. Te duele aquí o allí. Te empieza a resultar complicado encontrar una postura cómoda y no sabes cómo colocarte.
El día toca a su fin y a pesar de que te has llevado casi todo el tiempo “descansando” y sin moverte, te duelen ciertas partes del cuerpo, estás como cansado, sin apenas energía y sin muchas ganas de nada.
Curioso, ¿verdad? O quizá no tanto.
La conclusión es aplastante: no moverte no te sienta bien.
Es más, aunque sé que para muchas personas esto que voy a decir sería casi como misión imposible, si te ves en esta situación, prueba a movilizarte un poco.
Nada grandioso. Da unos cuantos saltos, mueve los brazos, agáchate, haz algunas flexiones, rueda por el suelo, gatea, corre un poco, improvisa lo que quieras. En fin, haz lo que buenamente puedas dentro de tus posibilidades, sin buscar cansarte mucho, solo mover un poco todas las partes del cuerpo.
Adivina cómo te vas a sentir después 🙂
Te lo adelanto yo: estupendamente bien. Vas a activarte, te mejorará el humor, se te quitará la pereza de hacer esas cuantas cosas que tienes que hacer e incluso, muy probablemente, te apetezca seguir moviéndote un rato ^^
¿Dónde hay que firmar para eso? No hay que firmar, hay que moverse 🙂
Tu cuerpo te habla y, de hecho, te da mucha más información de la que sueles percibir. El problema es que no estamos acostumbrados a escuchar. ¿Recuerdas esa sensación de poca energía, de pereza y de molestias aquí o allá que te hablaba antes en el ejemplo? Son señales clarísimas de “levántate por favor, que me está dando algo”.
Y con las sensaciones agradables al moverte pasa igual: “fantástico, sigue moviéndote, esto sí va conmigo”.
Aprender a conocerte a nivel corporal es extremadamente útil, y el simple hecho de tomarte un momento de vez en cuando para escanear tu cuerpo a ver qué notas es una práctica que te puede abrir los ojos muchísimo.
No me cansaré de repetirlo: muévete, muévete y muévete. Haz lo que sea que se ajuste a tu vida, a tus objetivos, pero muévete.
¿Sabías que el movimiento te cambia el cerebro? No debe resultarte extraño después de todo lo que te he dicho, pero así es.
El metabolismo cerebral se incrementa.
Mejoramos la atención, la planificación, la percepción e incluso influimos en las emociones
Es más, el cómo nos expresamos corporalmente se refleja en nuestro sistema cognitivo y emocional (hay mucho trabajo e investigación detrás de esto y como resultado existen la danza movimiento terapia, el método Feldenkrais, la técnica Alexander y otras tantas metodologías de lo que se conoce como educación somática).
Si quieres fomentar la juventud de tu cerebro (y de tu cuerpo) y mejorar tu estado de ánimo, muévete.
Si quieres mejorar tu aprendizaje y tu memoria, muévete.
Si no quieres entrenar, no entrenes, pero no dejes de moverte de las formas más variadas posibles.
Si estás un poco enfermo, si te sientes deprimido, si te duele la cabeza o el cuerpo en general… adivina: MUÉVETE
Es alucinante lo que un poco de movilización corporal puede hacer. No hace falta quedarse sin aliento, con solo estirar y mover un poco las articulaciones ya te haces un regalo enorme.
Y si te animas a darle caña a tu sistema locomotor, la sensación de después puede ser increíble 🙂
Si hace tiempo que no ejercitas tu cuerpo puedes sentir algunos efectos un tanto desagradables como mareo o dificultad para respirar. Si es tu caso, progresa más despacio.
Aun así, como te decía, incluso si te dan mareos, es algo temporal y luego viene lo bueno, la recompensa a tu esfuerzo, “las cosquillitas” de tu metabolismo por tan preciado regalo que le has hecho: te sientes fuerte, con energía, más flexible, ágil y, por qué no, sexy 🙂 ¡Disfrútalo!
Si te llama la idea de moverte más, quizá esto te ayude o inspire (ojalá) ♥
Totalmente de acuerdo!!! que grande el artículo
¡Muchas gracias, Carlos! 😀
Me alegro de que te haya gustado ^^