No me refiero a estar de vacaciones, me refiero al nivel de energía y actividad, de hacer cosas…
Primavera-Verano en contraposición a Otoño-Invierno. De esto hablo.
La vida son ciclos
Mira la naturaleza. Puedes verlo en las estaciones. Y en la noche y el día.
- De día hay movimiento, luz, ruido, dinamismo.
- De noche hay quietud, silencio, oscuridad, tranquilidad.
No puedes pretender vivir siempre en verano (o como si fuera de día). Porque tu ritmo varía, fluctúa, oscila.
Hay que dormir, ¿verdad? Pues de eso hablo pero en términos más globales.
Aún así, en el modelo de sociedad que tenemos montado parece que si no vives como si fuera verano, entonces lo estás haciendo mal. Porque parar de producir (o no parar, sino reducir), de hacer, de moverte, de esto y lo otro, de más y más, es como dejar que se te escape el tren, es perder el tiempo, es darte a la vagancia, es algo como feo.
De modo que seguimos (y seguimos) actuando igual, como si nada cambiase…
- Aunque nuestra energía no sea la misma
- Aunque nuestro cerebro funcione más lento
- Aunque necesitemos descansar más
- Aunque el cuerpo nos pida otra cosa
- Aunque nos enfermemos
Y cuando coincide que estamos en verano de verdad, genial, la cosa funciona (o se hace más fácil al menos, pues la energía acompaña, si es que no estamos tan quemados que ya ni que sea verano…).
Pero cuando estamos en invierno… Ahí ya la cosa cambia. ¿No lo notas? El ir un poco como a contracorriente, como tirando de un carro que pesa demasiado.
¿No sientes que cuesta más en invierno?
¿No sientes que no es lo mismo que en verano?
No es que el invierno o el otoño sean malos, es que son los que se sintonizan con una energía de descanso, de recogimiento, de reparación…
Y pretender que bajo ese estado natural (que ya toca porque el cuerpo y la mente necesitan descansos más profundos) sigamos en la vorágine como si nada, pues genera resistencia.
Vale, ¿y qué hago?
Pues primero de todo, darte cuenta 🙂
Que parecerá como muy tonto, pero para nada.
Una vez tomas consciencia de que estás ahí, entonces trata de hacer lo mejor que puedes con lo que tienes.
Trata de respetarte lo más posible, trata de vivir lo más acorde que puedas al ritmo que te pide tu cuerpo en cada momento.
Y sobre todo, si te sientes culpable, date cuenta de que todo lo contrario: no eres una floja, un vago o una mala persona por querer ir más lento, por querer recogerte en ti, por querer descansar.
Ábrete a la experiencia de lo que sientes que necesitas, sea lo que sea, aunque entre en conflicto con amigos o familiares.
Obviamente no es que vayas a dejar tu trabajo, por eso te decía que tratases de hacer lo mejor que pudieras, pero sí que puedes hacer ajustes dentro de tus posibilidades. Tú sabes qué puedes hacer 🙂
Honra cada etapa
Tu día y tu noche, tu otoño, tu invierno, tu primavera y tu verano.
Respeta cada proceso.
Disfruta de lo que cada momento te da.
Conecta con la naturaleza, con esa parte dentro de ti que te impulsa a seguir su ejemplo.
Y a ver qué tal se siente.
Feliz momento presente ♥