Y no me digas que con nada porque TODOS nos automedicamos constantemente. Sí, has leído bien: cons-tan-te-men-te.
Para que se te quite la cara de “¿Ein?” que probablemente se te ha puesto, igual debo aclarar qué quiero decir con eso de “automedicarse”, porque seguramente tendrás una idea diferente a la que yo me estoy refiriendo.
Como ya comenté en otra ocasión, tu conducta es en parte un intento por compensar los “rocecillos” del metabolismo (que pueden fastidiarte bastante) y sentirte bien.
Tu cerebro busca sobrevivir, respondiendo al entorno y reaccionando al feedback que recibe por todos lados. Y tú te vas adaptando como puedes.
El concepto de “medicarse” lo conoce prácticamente todo el mundo, ¿no? En esencia se trata de tomar alguna pastillita para curarte o, sobre todo, para aliviar síntomas que te hacen sentir mal.
El prefijo “auto” lo ponemos para incidir en el hecho de que uno mismo decide, sin prescripción alguna, cuándo, qué y cómo tomar esa pastillita (un tanto peligroso si no tenemos mucha idea…).
Hasta aquí todo claro.
Ahora bien…
¿Te has planteado que quizá no solo te medicas con pastillas?
¿No piensas que ese bollo de chocolate que te tomas cuando te sientes solo pueda ser una forma de “automedicarte” para sentirte mejor?
O ese masaje, o esa copita de vino, o esa salida a correr un rato, o el buscar a esa amiga…
Pues justo ahí quería llegar.
Evidentemente no es lo mismo que tomarse una pastilla. Pero al final se trata de aliviar alguna sensación o dolor. Quizá distraernos. Quizá olvidar.
De modo que, como decía al principio, estamos constantemente automedicándonos con muchas cosas.
No tienes que darle una connotación negativa a esto. No tiene por qué.
Aunque inevitablemente va a tenerla en ciertos casos.
Y son estos casos concretos los que tenemos que aprender a detectar para poder dar solución al problema de raíz.
Por ejemplo, si utilizas la comida para sentirte mejor cuando en realidad lo que necesitas es charlar o salir, o trabajar un problema de autoestima, está claro que estás utilizando un atajo a corto plazo que no te ayuda a resolver la verdadera causa de que te sientas mal.
Y si no resuelves esa causa, vas a volver a sentirte mal una y otra vez
De hecho, la mayoría de los comportamientos compulsivos vienen de esto. De atascarnos en esos atajos rápidos para sentirnos bien a corto plazo.
Ser consciente de esto es súper importante, porque puede ayudarte a identificar cuáles son las áreas de tu vida donde tienes problemas, e ir rascando hasta que llegues al fondo, al porqué inicial.
Una vez sabes qué es lo que realmente necesitas, el siguiente paso es trabajar en ello, e ir desligándote del atajo.
A veces la causa es “multi”
Y no es tan simple (que no fácil) como “Comes cuando estás aburrida, pues investiguemos por qué te aburres”.
Estas veces puede que la solución sea simplemente sustituir la conducta, la manía, el hábito poco saludable, por algo mejor, en lugar de buscar un porqué (puede que no haya uno solo, que lleve tiempo encontrar las causas… y lo que nos interesa en primer lugar es que dejes de cavar tu propio agujero).
Piensa que básicamente nos automedicamos para tratar el estrés y nuestros problemas de estado de ánimo, ambos temas bastante amplios, multifactoriales y complejos.
Por tanto, no es una cuestión baladí esto.
Mi objetivo con este artículo es doble:
Primero, hacerte pensar en relación al concepto de “automedicarse”, metiendo en el saco no solo las pastillas (que también se usan muchas veces para aliviar cosas como la soledad o la angustia).
Y segundo (sobre todo), que le dieras una vuelta a tus propias costumbres, tus manías y tus “cosillas” para que vieras con otros ojos ciertas conductas que tienes, e incluso para ayudarte a revelar problemas ocultos y encontrar alternativas a las soluciones rápidas que implementas actualmente.
Recuerda que este tipo de automedicación a la que me refiero no tiene que ser mala. Igual no deberíamos llamarla automedicación si no hay problema de fondo, pero no sé si es más lío jaja.
Tampoco vamos a liarnos con la terminología.
La historia es que aprendas a hacerte consciente de tus conductas, de por qué las ejecutas y de si quizá hay algo por detrás que deberías mirar.
Feliz autoanálisis 🙂
Muy buena reflexión. Totalmente de acuerdo!
🙂
Muchas gracias Luis!